SOUNDTRACK

En la vida hay rolas que te acompañan en momentos importantes y entonces nunca las olvidas, y cada vez que las escuchas te transportas a ese lugar y ese tiempo. Pero, a veces parece que es precisamente porque estabas escuchando esa canción que te acuerdas de lo que te pasó, o sea, gracias al soundtrack guardas un recuerdo vivencial. Claro que también pasa, y es lo mejor, que vives algo increible con una canción de fondo que le da más profundidad, que hace que todo se vea y se sienta más.
A mí me pasó en mi viaje a Japón. Fui a la isla de Miya Jima, cerquita de Hiroshima... Después de estar cansada de no encontrar algún tipo de señalamiento en caracteres occidentales y perderme, entré a un 7eleven y me tuve que dar a entender a señas pues nadie hablaba inglés, mucho menos español. Una viejita que trabajaba detrás de la caja registradora me sacó de la tienda, y cual fue mi sorpresa cuando abrió la puerta de su coche y me llevó a la estación del ferry.
Llegué a la isla y el paisaje me tomó por sorpresa. Sabía que el lugar era muy bonito, pero mis expectativas fueron rebasadas por la entrada del templo completamente roja que se reflejaba en el agua. Después, empezé a subir la montaña, y para acompañar la caminata en mi walkman (era la época pre-ipod, alguien se acuerda?) llevaba el soundrack de la película Kikujiro de Hisaishi... Cada vez que escucho esa musica, se abre un hoyo negro en mi corazón y mi mente y me transporto a esa mágica isla del lejano oriente. Qué teletransportadores ni que nada!