El título del blog hace referencia a la canción Run baby run de Sheryl Crow que cuenta la historia de una mujer que pasa cortos periodos de tiempo en un lugar, sólo para partir antes de que los desconocidos se vuelvan conocidos. Quizá esta sea una manera extrema de vivir la vida, pero, a quién no le ha pasado encontrarse frente a un extraño teniendo una conversación reveladora sobre nuestra esencia que nos sorprende incluso a nosotros mismos. Compartiendo los momentos más íntimos o las ideas más profundas. Parece que hay algo en los extraños que nos permite ser mas auténticos. En parte es un sentimiento de anonimato que nos libera de las etiquetas o prejuicios de las personas que nos conocen, en parte, hay cierta complicidad y reciprocidad que surge en medio de la plática.
Creo que este es el caso en la película Perdidos en Tokio. Más allá de estar pasando por una “middle age crises” el personaje de Bill Murray se encuentra mucho más a gusto con una desconocida veinte años más joven en Tokio que hablando con su esposa de veinticinco años. Lo que me lleva al otro lado de la moneda, el discomfort de los conocidos, que más que de los conocidos es de la rutina y de sentirse atrapado. Algunas relaciones e(in)volucionan y al poder leer entre líneas el background de nuestro interlocutor, lo interesante y original se vuelve más bien repetitivo. Claro que, algunas otras relaciones, las que valen la pena, van tejiendo un background compartido que cuando sale a relucir en una plática nos permite entender y conocer mejor a nuestros amigos.
Espero seguir teniendo encuentros con esos amigos desconocidos que tienen algo que decir, y que en pocos momentos se convierten en una persona clave en mi vida. Muchas veces, no sabemos cómo agradecer o demostrar lo importante que fueron. Al final de la película Bill Muray y Scarlett Johansen se dan un tímido abrazo y se despiden, aunque se puede ver que esto no refleja lo que ambos están sintiendo. Momentos después hay un reencuentro en el que les permite a los personajes decirse lo que sienten. En la vida real, difícilmente tenemos ese encore, pero creo que cuando hay una conexión así, ambas personas lo saben, o eso espero…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario