6.5.09

Desempaquetando Ideologías

Podría alguien explicarme en qué momento se decidió qué es la derecha y qué es la izquierda, y en qué momento todos nos agrupamos y empezamos a pensar en estos términos y a actuar conforme a estas ideologías? Cada vez que pienso al respecto encuentro más y más contradicciones y menos explicaciones.

A ver, resulta que ser de derecha significa estar en contra del aborto, del matrimonio entre homosexuales, históricamente incluso era estar en contra de los derechos de las minorías (el voto de las mujeres, su derecho a estudiar o trabajar o los derechos civiles de los negros en Estados Unidos). Es decir, el estado tiene derecho a decirte cómo vivir tu vida y cómo convivir con los demás.

No sólo se puede dictar cómo debe ser la conducta humana, sino que esa conducta puede ser contradictoria, arbitraria, incoherente e inconsistente. Hay que proteger al bebé no nacido porque el no puede defenderse, pero podemos (debemos? Por lo menos no está mal) aplastar a la minoría que nos convenga gracias a que tampoco puede defenderse.

Por otro lado, esa misma derecha conservadora, apuesta por la libertad total en la conducta económica de las personas. Todo, aseguran, lo regulará el libre mercado, así que que cada quien haga lo que se le antoje. Si entre sus antojos está empaquetar deuda y calificarla como confiable, su única restricción será a la hora de encontrar clientes que se la compren. El estado no debería intervenir ni regular.

Esta contradicción no es exclusiva de la derecha. La izquierda se dedica a defender los derechos de las minorías, incluso los de los animales, los derechos ecológicos de los niños del futuro, etc. La izquierda va navegando con una bandera de regulación económica que protege a los menos favorecidos, pero favorece el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo por encima el derecho del niño que (no) va a nacer (o sea, dejan de tener posibilidad de ser los mismos “niños del futuro” cuyos derechos defienden).

Y qué si yo quiero pensar fuera de las ideologías que alguien construyó y que carecen de lógica, que favorecen su popularidad por encima de la coherencia. No puede uno estar en contra del aborto y a favor de la pena de muerte, ni viceversa. Alguien nos ha quitado la posibilidad de pensar en nuestros propios términos y nosotros los hemos dejado. Empiezan ahora los famosos tests, cada vez más populares, primero por mail y ahora por facebook que tratan de distinguir entre lo social y lo político a la hora de definir la ideología de las personas, darle multidimensionalidad pero hace falta mucho más que eso.

Que cada cabeza es un mundo es cierto y que aunque todos tengamos intereses e intensidad de preferencias distintos necesitamos algún común denominador que nos dé información sobre quiénes somos, qué pensamos y por ejemplo, quién queremos que tome decisiones importantes por nosotros (quién queremos que nos gobierne). Empiezan a tomar fuerza movimientos sociales que nos muestran las grandes diferencias que hay en las formas de ver el mundo, pero que son compartidas por muchos. Los bo-bos que supongo que son primos de los hipsters, los emos, los darks, los punks, los verdes y sus compadres los tree-huggers.

No estoy promoviendo aquí que haya partidos políticos de emos, punks y demás, aunque ya hay partido verde, pero si quisiera considerar darle más importancia al referéndum. Los referéndums (o referenda, supongo) permiten que las ideologías personales tomen más relevancia, nos permiten desempaquetarnos y expresar nuestra opinión sin que otros issues se interpongan. Una muestra de que los referéndums permiten a la población expresar ideologías no iguales a la de los partidos es el referéndum que se hizo en California sobre el matrimonio homosexual al mismo tiempo que la elección presidencial. Los demócratas aplastaron en California pero se prohibió el matrimonio homosexual, es decir, el partido demócrata no representa fielmente las preferencias de los habitantes del estado.

Para ser justos, no creo que ningún partido pueda representar justamente todo lo que todos los ciudadanos quieren, razón por la cual los referéndums parecen ser una buena idea. Que hay muchos otros problemas con los referéndums es cierto, las personas que más interesadas están en el tema (a favor o en contra) van a participar más. Pero también es más probable que estas personas hagan algún tipo de lobby para cambiar las políticas.

En fin, no quiero imponer mi ideología tampoco, está abierta la discusión. 

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