Carlos Blanco vino hoy a la Universidad de Chicago a dar una plática sobre la democracia en América Latina. Blanco es catedrático en alguna importante universidad de Venezuela y ha pasado por el sector público también. A penas empezada la plática me entró una nostalgia por todas esas conferencias a las que asistí y por todos esos profesores que me dieron clases y, que tanto cariño les tuve, en el ITAM.
Se trata, ahora la distancia lo puedo reconocer, de una clase de profesores quizá exclusivos de América Latina que se caracterizan por ser libres pensadores. Su más importante aportación es su experiencia, su observación de la realidad a la que se atreven a interpretar sin miedo y con la seguridad que les dan sus años y su estatus. Su manera de ver y criticar es una combinación de un filósofo, un historiador y un periodista. Conocen los detalles, evalúan a los personajes, y por encima de todo, dan pláticas entretenidas.
Son intelectuales que no se casan con una corriente de estudio, más bien personalizan su interpretaciones. En la misma frase podrán decir que resolver x problema requiere fortalecer instituciones y que lo que explica la causa del problema es x persona. Tienen una visión poco comprometida con estructuras, y una lectura más general de los hechos.
Esto, comparado con los tantos, también excelentes, profesores que en Chicago he tenido y que son mucho más discretos con sus claims, mucho más metódicos, que se esmeran en separar los efectos de todas las diferentes variables que afectan un resultado y que siempre advierten de los problemas que tienen su interpretaciones. Pocas veces se atreven a aseverar algo, a poner en juego su nombre sin tener todos las pruebas de que lo que dicen tiene lógica, tiene coherencia con la literatura que están abordando y datos que lo demuestren. Exigen de su trabajo que el conocimiento avance. Son rigurosos, y piensan cada argumento hasta sus últimas consecuencias.
Los grandes profesores de México son tan distintos de los grandes profesores de Chicago! Los de Chicago se acercan mucho más a la ciencia, forman parte de una conversación en la que se puede construir sobre el trabajo de los demás, es decir, sobre la aportación de uno construye el otro. Aunque claro que hay discusiones y desencuentros muy profundos. Los de México se acercan más a lo político, estudian el momento, no sólo ven incentivos al comportamiento sino otros elementos más particulares.
He de reconocer que me siento muy contenta de haber tenido contacto con ambos. Los dos me han enseñado mucho, me han hecho esforzarme, me han enseñado a hacerme las preguntas correctas y a encontrar respuestas satisfactorias (o a intentar hacerlo). En suma, he tenido excelentes profesores a lo largo de mi vida como estudiante. Hoy sentí nostalgía por lo que tuve, y revaloré lo que tengo.
Nota.
Los jóvenes grandes profesores que tuve en México, se acercan mucho más a los profesores gringos, forman parte de esta cultura, tienen posgrados de Estados Unidos y creo no entienden bien a los otros profesores de México.
4 comentarios:
Ah, qué interesante y buena forma de ponerlo: destacando lo positivo. Es curioso cómo para ambos modelos que describes, cuando se es estudiante, se suele señalar inquisitivamente lo negativo. Que si el profesor está alejado de la realidad compitiendo por meter un argumento intrascendental en un paper nuevo, que si el profesor está defendiendo una agenda propia alejada de la academía... y de los dos, que si al final el profesor sólo está obedenciendo a una fama en el mundo académico.
En fin, me gustó mucho que justo fuera al revés, viendo que se pueden tener los dos modelos y optar por un esquema intermedio como la mejor manera de ser académico en la sociedad.
Por cierto, celebro la nueva imagen de entrada al blog.
Un saludo
Que buen tema, Ju...
Tengo la impresion de que los profes esos de Mexico (me suenan como los que tuve en Espana) son una especie en extincion... que lastima.
Que suerte haber tenido las dos cosas.
Tu como serias?
A ver, he estado pensando al respecto. No estoy segura de que puedas escoger que clase de profesor ser. Que tipo de approach tener depende de quienes son tus alumno y de que materia estas ensenando.
Finalmente, creo que cualquiera puede hacer un papel respetable si eres mas metodico y moderado. Para poder ser respetado por tus opiniones meramente tienes que estar rayando en la genialidad, de otra forma serias una botana.
Asi que aunque me encantaria, como persona ser de los segundos, creo que como profesor seria como los primeros. Es mas facil hacerlo bien y seria mas util para los alumnos aprender a pensar de forma metodica... no se, tu que opinas?
José Ignacio,
Me acordé de la clase de literatura que llevamos en el ITAM, te acuerdas? En mi opinión Mesa se quedó a un tris de ser un maestro de los grandes. Si tan sólo no hubiera monopolizado tanto la palabra y no hubiera leído todo...
Publicar un comentario