Ayer se jugaron en Chicago las semifinales de la copa de oro. El soldier field se llenó bastante (55 000 boletos vendidos) desde las 6 de la tarde para ver el aburrido juego entre Estados Unidos y Honduras. La gente para no aburrirse empezó a hacer la ola y cuando los gringos anotaron el público estuvo medio dividido. Los 15 americanos que estaban en el estadio (un par de ellos venían con nosotros) celebraron y más de la mitad de los mexicanos también lo hicieron. Otros compatriotas seguían echando porras para que Honduras metiera gol.
La gente en el estadio, entre la aburrición y el desinterés se puso a tomar Miller light, o como la conocen nuestros amigos "the champaign of beers". Así pasó el primer partido. Una hora de intermedio transcurrió rápido, aunque no hubo el gringuísimo half time show que estábamos esperando. Fue increíble que el primer pelado que salió a la cancha vestido de verde se llevó una ovación digna del gol ganador del mundial. La gente ya estaba enfiestada y no podía esperar a que empezara el partido para apoyar a la selección.
Fue increíble pasar más de 5 horas escuchando todo nuestro alrededor en español, y no en el más fino de los castellanos. Iba yo acompañada de una Uruguaya que necesitó traducción más de una vez, ya que los cuates de atrás de nosotros nos dieron unas clasecitas de leperadas y de análisis de las jugadas.
En fin, estar en Estados Unidos entre mexicanos marcó claras diferencias culturales. Por ejemplo, los fans mexicanos lo que disfrutan es ver el fut, echar el comente y mentar dos que tres madres, siempre tomando unas chelitas. Por otro lado, los fans gringos lo que de verdad disfrutan es jugar el deporte y solamente es por solidaridad que se sientan y echan porras. Los americanos llegaron todos vestidos de deportistas, con cuerpos de deportistas, y podías adivinar que venían del gimnasio. Los fans mexicanos estaban todos pasados de peso, no habían echo deporte en lo que va del año, pero no se habían perdido un sólo juego de la selección o de cualquiera que sea su equipo (había muchos de Chivas, del América, de Monarcas y algúno que otro rayado).
La segunda diferencia es que cuando asistes a un evento donde la mayoría son americanos, hay una bocina que dirige a la gente para que grite, aplauda o cante. Aquí todas las porras, la ola, los olés (hubo unos cuantos) y hasta el cielito lindo, fueron espontáneos. La gente está metida en el partido y sabe como disfrutarlo cuando se pone un poco aburrido.
Finalmente, lo lamentable, que tampoco pasa en los eventos 100% americanos. Por todo el estadio, y luego de haber consumido muchas más del ridículo límite de una cerveza por persona, se vieron conatos de peleas, peleas y monstruos de seguridad sacando fanáticos. Todos estábamos apoyando a México, así que las peleas no tenían nada que ver con lo que pasaba en la cancha y todo que ver con las cervezas que bañaron a medio estadio.
El shock mayor para los no-mexicanos fue cuando dijimos, bueno, por lo menos está fría, es buena señal, es cerveza! Cómo? no entendieron... bueno, es que si está calientita no es cerveza es agua de riñón.... Por suerte, como el clima amenazaba con lluvia, llevábamos impermeables que nos cuidaron de todos esos líquidos que nos cayeron encima.
Al final todos nos fuimos encantados, la selección ganó y para salir del estadio estaba la gente bailando, gritando, y festejando. Seguramente más de un gringo se sorprendió de lo que vió y si hubiera entendido, de lo que escuchó, pero para los mexicanos nada fue nuevo. Fue justamente tan conocido que eso fue lo que nos sorprendió. Fue México en Estados Unidos. Tal vez la diferencia fue el precio de los boletos...
Como pueden ver, poca reseña de lo que pasó en el campo, era menos interesante que lo que pasaba en las tribunas y también menos emocionante.
2 comentarios:
Que bueno que mínimo allá el ambiente estuvo bueno... porque ah.jijo que aburrido estaba de vez en cuando (sobre todo si uno no manejaba la semejante fiesta/jarra que por allá manejaban)
Y no habían miembros de la Perra Brava por allá sin playera y toda la cosa? Digo, pa que los extranjeros les hubiera tocado ya toda la experiencia footballera
Buena reseña! Un abrazote!
No entiendo porque les tiran cervezas o lo que puedan a los jugadores rivales. Los mexicanos somos malos fanas.... pero los mexico-americanos están peor!
QUEREMOS A HOMER CUADRANGULARES
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