recuperando heroes

Me quejo de la edad por muchas y diferentes razones. El cuerpo ya no aguanta como antes, empiezan a decirte señora en la calle, etc, etc. Pero algo bueno me ha traido este último cumpleaños, un regalo un poco tardío e inesperado, de nadie en particular, de mí, o de la vida.
Cuando llegué a tener 13 o 14 años fui, poco a poco, descepcionandome de mis héroes. Algunos eran personajes conocidos, a otros los veía en los libros, en el periódico o en la tele. Idealista como era, me proponía (y sabía que lograría) cambiar el mundo. Entonces me frustraba que los que habían tenido la oportunidad antes que yo no lo hubieran hecho.
También empiezas a perder el respeto, a hablar y cuestionar de frente y cuando no había respuestas satisfactorias, el héroe perdía peso, y entristecía.
Con este último cumpleaños tuve que enfrentarme a mí misma, no he cambiado el mundo, ni voy a hacerlo en el futuro cercano. Heck! seguro nunca lo vaya a hacer, y no solo eso, no he hecho nada trascendente, nada que mis ex-heroes no hicieron, y la depresión estaba amenazando: tal vez yo pertenecía al panteón de mis propios ídolos.
Decidí, gracias a toda la sabiduría y madurez alcanzada (ehem...) no irme por esa ruta y enfocarme en lo positivo. Seguramente es hacer trampa, pero he decidido, en lugar de unirme a ellos, rescatarlos. Reevaluar lo que hicieron a la luz de lo que he hecho yo, empiezo a fijarme en cosas más chicas, detallitos comparado con "cambiar el mundo", pero recuperar héroes es una gran experiencia.
Aunque nunca me ha gustado la idea de que "cada quien ponga su granito de arena", que nadie puede lograr algo enorme, y que más vale "hacer lo tuyo" y que haya un efecto de "bola de nieve", estoy empezando a revalorizar esos pequeños actos, sobretodo los que impactan a la gente que está cerca de tí, porque pueden ser suficientes por si mismos y no tanto eso de reciclar en tu casa para salvar al mundo del calentamiento global...