Qué nos queda cuando los expertos, esos que llevan una vida dedicada a estudiar una problemática específica dicen: si, es un problema, no hay solución fácil. O sea, gracias, eso ya lo sabemos todos. Por qué hay pocos que se atreven a arriesgar sus carreras-egos y ofrecen soluciones que tal vez no sirvan?
Expertos que no proponen no sirven de mucho, aunque tengan una reputación impecable.
Estamos entre dos mundos, el del cuidadoso intelectual que explora todas las posibilidades, que sabe los riesgos y que por tanto analiza pero no plantea un plan de ataque y políticos que necesitan soluciones de corto plazo, porque su vida es depende del corto plazo. Así es como se toman decisiones rápidas y poco estudiadas.
Será que el punto medio lo marcan las organizaciones no gubernamentales? Estas tienen intereses de largo plazo, no dependen de una acción inmediata y pueden estudiar a fondo los problemas. El mayor reto supongo que es el presupuesto.
El mejor argumento contra las ONGs en el caso específico de Haití lo escuché el martes en un panel que habló sobre la situación actual, la historia y la cultura de dicho país. La "onegización" de Haití contribuye a hacer al estado más débil aún, reemplazándolo en programas que deberían ser exclusivos del gobierno. Ahora bien, suongo que a la población poco le importa de quien viene la ayuda mientras les llegue, pero a largo plazo las ONGs pueden empacar sus cosas, irse y, qué queda?
Necesitamos más intelectuales aplicados, que encuentren contrapartes en los gobiernos y otras instituciones para hacer acciones conjuntas. Alguien tiene buenos ejemplos?
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