1.5.10

De clima y marchas

Es increíble, pero la última cosa que me ha dado por extrañar es el frío. No el frío de Chicago que se siente hasta los huesos, sino el frío rico de México, de Valle de Bravo. En Chicago pasa uno del frío al calor sin pasar por ese fríito que se te quita con un buen sueter o un chocolate caliente. No puedes en Chicago envolverte en lana. O te pones los shorts o te pones el underwear, la chamarra, el gorro, la bufanda y los guantes.
Lo irónico es que todos por estas tierras te recuerdan lo maravilloso que es tener las cuatro estaciones, y tampoco haría mucha falta que te lo repitieran para convencerte, basta con estar aquí un principio de primavera para apreciar lo maravilloso que tiene un árbol retoñando. Sin embargo, con todo y las cuatro estaciones no tiene Chicago todas las temperaturas, y algunas se extrañan.
Hoy parece haber llegado la primavera para quedarse, ya dirá el tiempo si es cierto, o si en un par de días estaremos otra vez con los abrigos. Mientras tanto la gente está en la calle apovechando, no vaya a ser visita de entrada por salida. También en la calle están marchando los ilegales, digo ilegales porque todos traen su letrero "todos somos ilegales".
Ojalá que pronto se pueda normalizar y regularizar la situación que tantas personas sufren todos los días. Después de la estupidez arizoniana, espero que llegue la cordura a los gobiernos gringos. Tengo la esperanza de que no haya mal que por bien no venga. Quizá, después de haber sido opacada la marcha por la nueva regulación del health care, resulte que el tema migratorio puede crear las alianzas que necesita el congreso que tan dividido quedó. Quizá lo terrible de Arizona sirva como combustible para acelerar los cambios necesarios... Ojalá.

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