Raw, crudo. El uso que más me gusta de la palabra raw es el figurado, como en raw talent. Talento crudo es una expresión que en español carece de sentido, pero que me dice mucho más que talento natural o talento nato. Me debato una y otra vez entre valorar más el talento crudo, o el talento trabajado, o el talento de trabajar.
No sé si me engaño cuando pienso que mal haría en leer sobre un tema antes de formar mi propia opinión. A veces siento que de informarme "contaminaría" lo que pienso, lo que siento. Otras, leo un poco y me doy cuenta del grandísimo error, ya sea lógico o por falta de información, que había cometido.
Tampoco me decido si valorar el resultado final o el proceso creativo. Valorar lo fácil del proceso o lo duro del mismo. Será por que hay que valorar los dos, pero así soy yo, siempre queriendo encontrar LA respuesta, no queriendo dejar espacio a la contradicción, a la complementariedad.
La gente con talento crudo la disfruto mucho en el proceso. Es una delicia ver a quien logra algo maravilloso de forma espontánea, la forma en que llega a una conclusión, la manera en la que crea algo. Es ver a alguien divertirse y conseguir lo que nunca podríamos conseguir nosotros.
Ver a gente con talento cocinado creando resulta aburrido, es un proceso serio, un trabajo. Pero ver el resultado es una iluminación. Se disfruta por más tiempo. Leer su texto, releerlo, escuchar su pensamiento, repensarlo, encontrar en él la posibilidad de que uno también lo podría lograr: hacer algo especial a fuerza de trabajo.
En el mejor de los mundos habría que pedir ambos. Facilidad y perfeccionismo que nos requiera trabajar a modo de prueba y error. Así son los grandes, encontraron un gusto por esforzase, no solo por el resultado sino por el esfuerzo mismo. No sólo tienen el chispazo de genialidad, sino la paciencia para revisar la genialidad y volverla perfección.
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