15.6.10

las informales!


Por Javier "El Oso" Llamas

En los últimos años, después de haber semi-superado el tema de la alternancia electoral, gran parte de la discusión en la arena política y social mexicana ha sido sobre las llamadas “reformas”  de los temas que hemos considerado como lastre para el desarrollo social, político y económico de México. Durante las recientes discusiones sobre la reforma política se han dejado ver dos claras vertientes representadas por varios grupos e intereses: 1. La que propone encaminar las reformas para que haya “gobernabilidad”, mediante mecanismos que apoyen a los partidos que tengan mayoría; 2. La que postula mecanismos para que exista mayor proporcionalidad y pluralismo.

La primera vertiente es la que me llama mucho la atención. Al parecer hay muchos mexicanos  que están dispuestos a darle mucho poder a un partido para que, en argumentos de ellos, por fin salgan adelante las reformas, dejemos atrás la parálisis legislativa que hemos tenido  todos estos años. Para estas personas lo que ha faltado son mayorías fuertes, no acuerdos, negociación y buenas propuestas. Lo que necesitamos es un partido fuerte que impulse reformas,  los legisladores las aprueben y se lleven a cabo; y si no nos gustan a los 3 ó a los 6 años los cambiamos.  Lo que me brinca de esta propuesta es la desilusión, la desazón por algunas de las características de cualquier sistema democrático. Quieren acciones, reformas, cambiosLos métodos y mecanismos no importan. Necesitan que esta clase política se ponga a trabajar, a sacar los acuerdos, ¡a sacar adelante a este país!

Lo anterior puede ser una expresión del descontento generalizado por la situación del país. Los que apoyan esta visión están canalizando su descontento a través de esta propuesta, que creo es muy válida. Esta postura parece que hace hincapié en que el motor de la acción y el cambio necesariamente está solo en ciertas figuras, en este caso la clase políticas y las instituciones en las que se desenvuelven estas figuras. El problema de estas expresiones es que sólo hacen ver estas cuestiones como un tema de un tercero. Ante esto ¿Qué estamos haciendo los ciudadanos? ¿Solamente basta con opinar y apoyar las discusiones sobre la vida pública de nuestro país? ¿Basta con ejercer el voto para cumplir con todas nuestras obligaciones como ciudadanos? Sin duda es muy importante estar involucrados en estos aspectos, pero ¿es suficiente?

Douglas North considera que las instituciones son las “reglas del juego” con las cuales funciona toda sociedad. También menciona que hay dos tipos de instituciones: las instituciones formales y las informales. Las formales son leyes, reglamentos, sistemas; en resumen normas que regulan la dinámica social. Las informales son las reglas de comportamiento, los códigos morales y de conducta bajo los cuales la sociedad funciona.

En todos los países estas instituciones tienen mayor o menor grado de desarrollo permitiendo cierta dinámica social con consecuencias en todos los ámbitos de la vida de un país. En México parece ser que nos hemos olvidado de las instituciones informales. Como ya se mencionó, la mayoría de los esfuerzos recientes han sido para cambiar las reglas del juego formales. Todos estamos de acuerdo en que hay un largo camino por recorrer para el mejoramiento de nuestras instituciones formales, pero también debemos poner especial atención a las informales.  Las condiciones que ha vivido nuestro país, entre otras cuestiones, ha creado ciertas conductas y aceptación de ideas, dentro de las instituciones informales, que han erosionado mucho la vida en sociedad. En la dinámica de la sociedad mexicana están implícitas ciertas conductas y códigos como la corrupción, la deshonestidad, el ventajismo, la falta de cooperación,  el “gandallismo” y muchos otros comportamientos que no nos son favorables. Es difícil esperar que estas conductas no se den en las instituciones formales, cuando son características importantes de nuestras instituciones informales. Al margen de juzgar si estas conductas son buenas o malas para nuestra sociedad, es muy importante ir decidiendo cuales serán los valores y conductas sobre las cuales  queremos jugar al mismo nivel. Expresar públicamente que la corrupción es mala y que sea el pan de cada día creo que no nos llevará a ningún lado.

Recientemente he leído dos textos, que a su manera y en distintas esferas, han puesto el tema sobre la mesa, el primero de Epicurean Deal Maker, donde habla del enojo de los americanos ante el rescate de las instituciones financieras; y el segundo de Jesús Silva Herzog donde comenta las ideas de Margalit sobre el papel de la “decencia” y como debe de subsistir un “mínimo de decencia” en la sociedad para que se tenga una convivencia sana y hacia adelante. Los dos textos hacen alusión muy fuerte a las instituciones informales.

Esta iniciativa tiene que provenir de los ciudadanos. Además de ejercer nuestros derechos y cumplir con nuestras responsabilidades electorales los ciudadanos tenemos la oportunidad, a través de varias canales, de ir decidiendo y afianzando sobre que instituciones informales queremos vivir en nuestro País. Los medios y las maneras pueden ser varios y salir desde varias fuentes, hay países, por ejemplo, donde se han hecho campañas de largo plazo de “ciudadanización” para tratar de concientizar sobre las instituciones informales; hay lugares donde se ha hecho a través de la educación pública. ¿Alguien recuerda las clases de civismo? Las condiciones y el tema están ahí. Los ciudadanos tenemos la oportunidad de ir creando, con base a los valores y conductas que nosotros creemos el “fairness of opportunity” que tanto necesitamos

3 comentarios:

Julene Iriarte Iturbide dijo...

Gracias por el post. Está muy interesante.
Se me hace que lo de negociación vs mayoría absoluta se basa en el hecho de bajo el esquema de negociación no hay incentivos para los partidos de oposición a votar con el presidente, porque no hay mecanismos para compartir el crédito.
Es decir, si al país le va bien estos seis años es gracias a Felipe y al PAN. Las próximas elecciones, podemos anticipar que las ganara el PAN. En cambio, si el país va mal, habrá un voto de castigo al PAN y puede ganar otro de los partidos. Así que el incentivo es a romper acuerdos, es verdaderamente perverso: entre peor le vaya al país más chances tengo de ganar el poder.
Por el lado de las instituciones informales, estoy de acuerdo en que deberíamos tenerlas más en cuenta, pero creo que las formales (por ejemplo, el cumplimiento de la ley y el estado de derecho) son la plataforma desde la cual las instituciones informales pueden ser mejores (o peores).

Roberto Reynoso dijo...

Además esta percepción de que "no hay acuerdos" y "no hay reformas" es completamente errónea. En este sexenio se han logrado la mayor número de modificaciones legislativas por parte del congreso. Acuerdos que dejan a muchos en descontento, pero acuerdos en fin. La esencia de la democracia es la negociación. Una reforma política que "esconde" con la propuesta de candidatos ciudadanos la verdadera intención de fortalecer al partido en el poder (y al PRI tmabién) no nos debe apantallar.

En cuanto a las instituciones informales estoy completamente de acuerdo. Además hay un potencial enorme con el social media que antes no existía. Videos, fotos, evidencia de la dsefachatez de las personas se puede poner al alcance de todos, como la propuesta de @guevarapi. Esto amplía tu esfera de influencia, lo que me parece interesante.

Javier dijo...

Ju, gracias por dar el espacio. Me gustó postear, a ver si me animo a algo propio.

Estoy de acuerdo en que no hay muchos incentivos, pero creo que parte de esos incentivos deben ser encaminados a más pluralismo y representación

Otro aspecto problemático que veo a la primera corriente (construir mayorías), es lo que dice Pollo: hace más fuerte a los partidos; eso genera ciertos incentivos, q no son lo mejor para el país. Logrando cierta apertura, desconcentración de poder y más reprresentación se pueden ir generando más incentivos y valores en el tema político. Siento que a nuestros políticos les falta mucho para profesionalizarse y hacer bien su chamba. La estructura política actual ha creado q tengan q rendir a su partido o padrinos no a sus representados y eso ha ocasionado que en lugar de negociar, lograr acuerdos y frentes se hayan dedicado a quedar bien con tal líder o lamerle las botas a tal personaje, dejando de lado cualquier tipo de representación.

Se me hace muy interesante lo que menciona Pollo del Social media. Hoy más que antes tenemos distintos medios para organizarnos, difundir y hacer algo de accountability respecto a las instituciones informales y formales. Hay que ir viendo como acomodamos estas herramientas para lograr que pasen ciertas cosas.