20.7.10

los pacientes y el país

Por Tere García

Me encanta platicar con mis pacientes. Siempre me asombra lo que puedo escuchar de ellos. Acepto que no siempre mi asombro es hacia el lado positivo, y que hay veces que me sacan de mis casillas, como aquella señora que mientras yo intentaba por todos los medios encontrar la razón por la que su dermatitis no mejoraba, se queda muy pensativa y me dice: sabe que es lo único que si me alivia la comezón doctora? cuando me tallo fuerte, fuerte con jabón Roma!!.. Desde sus percepciones sobre su enfermedad - Es que tuvo un susto muy feo y es cuando le dio diabetes- hasta las relaciones causales y en espacio-tiempo que encuentran - Comió cerdo, doctora, y es cuando le salieron los lunares...-

Esta profesión hace entender muchas cosas, sobre la naturaleza de las personas y sus componentes más profundos y primitivos, y a veces yo puedo explicarme situaciones del país con los pacientes que veo diario . Yo creo que la relación médico-paciente explica en gran parte cómo se mueve la sociedad. Los gringos cuestionan diagnósticos, deciden tratamientos, se niegan a lo sugerido, y persiguen cuando el resultado no es el óptimo. Por eso hay especialidades a las que los médicos les huyen, porque la prima del seguro de mala práctica es carísima y por la cantidad de demandas que les van a caer, sin ninguna duda. En cambio en México esta relación sigue siendo paternalista y vertical, con sus pros y sus contras: lo que dice el doctor es. A cuántos pacientes no vemos ya en etapas muy tardías de una enfermedad que no tenía que ser mortal, y que llegaron a ese estadío porque un médico (claramente no muy bien preparado) no les supo dar otra opción o hasta les dio un tratamiento dañino.

Muchas veces los pacientes acuden a consulta, les explicamos, les damos su tratamiento y vuelven a consulta semanas después sin mejorar, sin tener idea de qué es lo que se les indicó que hicieran pero enojados, porque ellos vienen y vienen a consulta y no mejoran... no tiene para ellos ninguna relevancia el hecho de que no hayan hecho ni pío de lo que se les indicó.. El simple hecho de que hayan ido a la consulta con el médico debería hacer que milagrosamente el problema mejorara no? Y si no mejoró, es culpa del doctor. No sabe. Igual es la actitud hacia el gobierno de muchos mexicanos: es culpa del Presidente, no sabe cómo lidiar con los narcos, mira cómo tiene nuestra economía, el desempleo, la violencia... Simplemente por haber votado (y eso los que lo hacen) ya las cosas deberían estar bien, cambiar milagrosamente, no importa que no pongamos uno por uno, pacientemente, el granito pequeño de arena que nos toca.

Otro ejemplo, existe una frase que usan los pacientes que para mí dice más que mil palabras. - Qué pasó Don, porqué no se tomó lo que le dije, porqué no viene desde hace más de un año? Mire nada más como está peor! - El señor ni siquiera contesta, es su hija la que dice: es que se dejó doctora... Se dejó. Ahí está todo.

Será posible decir de México, se dejó? que nos dejamos?)

Más que nosotros los médicos sabe la comadre y la vecina, mucho más el anuncio de televisión que promete cura espectacular de lo que sea. La gente busca solución rápida y fácil. El explicarle a un paciente que su tratamiento va a costar, probablemente duela, tome tiempo pero que a la larga será mejor para él es casi sinónimo de perderlo.. al menos temporalmente. Nos gusta lo cómodo y fácil. Si no se resolvió rápidamente es que no sirve el remedio.

Claro,siempre hay un arroz en los frijoles.. conozco pacientes que tienen un valor y un coraje que ya quisiera yo tener para vivir mi vida, como la mamá de Marito que es una mujer de Oaxaca, no habla bien el español, tiene otros 3 niños y Marito tiene síndrome de Down y vitiligo. La mujer es persistente a morir, no deja el tratamiento aunque es caro y me imagino lo que le debe de costar conseguirlo. Cada cierto tiempo viene a ver si no nos han regalado muestras de la pomada que le toca a su hijo, siempre con una sonrisa y un brillo en los ojos que no se apaga pase lo que pase.

O la mamá del bebé iraní, que fue traída por un compañero que la encontró afuera del hospital preguntando en inglés a medias que quien podía ver a su bebé de su dermatitis. Hacía menos de un mes que estaba en México con su esposo que vino a hacer un doctorado, y fuera como fuera salió a buscar atención para la piel de su bebé.

O todos esos pacientes que salen de su pueblo porque en su centro de salud ya no pueden ayudarles, les sugieren vengan a la ciudad y sin tener idea de a dónde se están metiendo agarran uno o varios camiones, llegan en la madrugada a la ciudad más grande del mundo, preguntan y vagan por horas hasta llegar a un monstruo de hospital donde a cada persona que le preguntan le dice una dirección diferente. Muchos de ellos no saben leer, nunca en su vida han salido de su pueblo y de repente tienen que aprenderse nombres de estudios, enfermedades, medicamentos, comprender direcciones y rutas, avisparse para que no les toque algún estafador, dedicarse de lleno a su familiar enfermo pero al mismo tiempo preocuparse por los que dejaron allá encargados..

Esos pacientes admirables son los que me hacen esforzarme e intentar ir un poco más allá cada día, ¨darles el ancho¨. Porque son los que logran cambios en su núcleo y en su sociedad y son los destellos que de repente veo yo que me hacen sentirme contenta de estar en mi país.

2 comentarios:

Julene Iriarte Iturbide dijo...

Me gustó mucho el post. Le da al clavo a muchas cosas.
1. la dificultad de resolver los problemas de otros sin caer en paternalismos.
2. la dificultad de ayudar a personas que no se ayudan ellas mismas.
3. pensar en qué estamos haciendo y por qué lo hacemos, cuáles son nuestras motivaciones?
4. recordar que hay personas que con igual de pocos recursos, educación etc. son movidas, así que tenemos que encontrar el nivel justo de exigencia a los pacientes (ciudadanos) reconociendo todas las carencias.
Me encantaría escuchar de quienes trabajan en el gobierno como "doctores", a ver si alguien se anima...

Marce dijo...

no se vaya a dejar, doctora!