17.8.10

méxico df, capital de la clase creativa mexicana


Por Carlos Lever Guzmán

Cuando pasó, pasó my rápido. El DF se movió muy rápido en aceptar y dar plenos derechos a las parejas homosexuales a través de darles derecho de contraer matrimonio e incluso de adoptar. A la vez, se ha generado un fuerte movimiento de rechazo en el resto del país dónde muchos estados se han movido a poner cándados constitucionales en contra de los derechos de los homosexuales. Esto podría tener la curiosa consequencia de apuntalar el desarrollo económico del Distrito Federal a través de volverlo la capital de la "clase creativa" mexicana. 

La "clase creativa" es un concepto creado por el sociólogo Richard Florida. (Lean su excelente descripción en el vínculo abajo). La tesis de Florida es que la economía mundial está en proceso de una transformación radical donde la mayor parte de la inovación futura será llevada a cabo por una generación por una clase de personas con aspiraciones muy distintas a la clase que creció en el boom industrial de la era atómica.

Un ejemplo típico de esta clase son los programadores e ingenieros de las start-ups del Sillicon Valley (con Google y Apple como sus máximos exponentes), pero los miembros de la clase creativa también son "scientíficos, ingenieros, profesores universitarios, poetas, novelistas, artistas, actores, diseñadores y arquitectos, así como los 'líderes intelectuales' de la sociedad moderna: escritores, editores, figuras culturales, investigadores de políticas públcias, analistas y otros formadores de opinión".

Las ciudades y zonas económicas que han logrado atraer a esta clase creativa están despuntando abrumadoramente en su desarrollo económico. 

¿Qué tiene que ver esto con los matrimonios homosexuales? Pues uno de los resultados más llamativos del trabajo de Florida es que hay una correlación muy fuerte entre las ciudades que logran atraer a la clase creativa y las ciudades que tienen altos índices de aceptación a homosexuales (y a otras minorías). 

Esto no es debido a que los programadores de Google sean mayoritariamente o desproporcionadamente homosexuales, sino porque la clase creativa está compuesta por personas que por su misma creatividad son distintos al ciudadano promedio. A los miembros de la clase creativa les gusta combinar su creatividad en su trabajo y en su vida. Como tal, prosperan en ambientes con alta tolerancia a las personas y culturas diferentes.

Así que el movimiento dual, donde el DF corre hacia una sociedad liberal y tolerante mientras gran parte del resto del país se empecina en imponer una visión conservadora de la sociedad, va a generar un futuro con una todavía mayor desigualdad entre el progreso social y económico de la capital y desarrollo del resto del país.

En esto el gobierno del DF (GDF) tiene que hacer su parte y asegurarse de invertir en la infraestructura para aprovechar a su clase creativa. Por ejemplo, el DF podría hacer un mejor esfuerzo en crear parques tecnológicos para que se desarrollen "start-ups" mexicanos. El GDF hace un buen trabajo de fomentar las actividades culturales en la ciudad pero podría crear mecanismos exportarlo al resto del mundo y de atraer el turismo cultural. Y finalmente, el DF podría esforzarse en volverse más atractivo a extranjeros, ya que la exposición a una gran variedad de culturas distintas es uno los atractivos más grandes para la clase creativa.

Para leer más de la clase creativa: http://www.washingtonmonthly.com/features/2001/0205.florida.html

1 comentario:

Julene Iriarte Iturbide dijo...

Carlos,
Se me hizo super interesante esta idea de la nueva clase creativa. Lo que me encantaria que pasara es que alguna otra ciudad en Mexico se volviera como el Austin del articulo que citas. Eso si que seria un excelente experimento.
Al final el DF cuenta con la anonimidad que dan las grandes ciudades, la independencia, etc. Pero te imaginas una ciudad pequena que se abriera como verdadera capital creativa?
Es una lastima la falta de vision de las ciudades medianas como Aguascalientes, Puebla, Veracruz... Seguimos, en esas ciudades, atrapados por paradigmas y formas de pensar arcaicos.