"filosofías" de vida o por un mundo más picky

Hace exactamente 10 años que tuve la primera discusión acalorada sobre quién debería de ser tu amigo. La amiga con la que discutía me decía que debería estar abierta a encontrar las cualidades en todo mundo, incluso en esas personas que me daban flojera, porque podría encontar amistades verdaderas. Ella me hablaba de cómo había encontrado gente con sentimientos lindos, dispuestas a estar ahí cuando las necesitara, gente de primera, pues.

No me convenció entonces y diez años después dudo que podría hacerlo de volver a tener la misma plática. No es que no quiera tener buenos amigos. Sí los tengo, y por suerte, bastantes; más bien creo yo que puedo encontrar gente igual de linda, igual de "buen amigo" que sea, además, interesante. No lo había vuelto a pensar así tan textualmente desde entonces, cuando me topé con este artículo en el New York Times.

Dice el artículo que el "Dr. Aron and Gary W. Lewandowski Jr., a professor at Monmouth University in New Jersey, have studied how individuals use a relationship to accumulate knowledge and experiences, a process called “self-expansion.” Research shows that the more self-expansion people experience from their partner, the more committed and satisfied they are in the relationship."

Yo no podría estar más de acuerdo. "Self-expansion" suena maravilloso, es en dos palabras mi definición de felicidad, y si algo estamos todos tratando de encontrar es la felicidad. Si bien el artículo me parece atinado, dejarlo en el matrimonio me resulta insuficiente. Así deberían de ser nuestras amistades, nuestros trabajos. Rodearme de gente que propicia mi crecimiento personal ha sido una prioridad mía, sin ignorar otras muchas características... vaya que tampoco se trata de ser masoquista y rodearte de gente "interesante" pero insoportable.

En fin, que escribiendo esto me doy cuenta de todas las otras areas a las que habría que aplicar la filosofía, como la televisión y el internet, pues al final del día pasó buena parte de mi tiempo con ellos. Ser un poquito más exigente con quienes nos llevamos, con lo que consumimos y con lo que hacemos, según yo, nos puede hacer más felices. Aunque claro, como en todo, cada cabeza es un mundo y la "exigencia" cambirá de persona a persona, pero todos más pickies.