7.4.11

... ven claridad, llega ya...

El día de ayer y desde la distancia di un poco de seguimiento a la marcha encabezada por el poeta mexicano Javier Sicilia. La describo así porque a mí, como creo que a muchos, no me quedó claro de qué se trataba la marcha. De haber estado en México no sé si hubiera atendido al llamado del poeta. No porque el asesinato de su hijo no me parezca justificación más que suficiente para mover a la sociedad civil; si razones para marchar no nos faltan. Pero no sé si hubiera ido por dos razones: la primera, por la ya explicada confusión sobre a favor de qué o en contra de qué era la marcha; la segunda, por miedo a que cualquier oportunista -ahora andan rondeando varios- quisiera apropiarse de mis gritos reinterpretándolos a su gusto.

Pero, desafortunadamente, la confusión no surgió con esta marcha, aunque parece que esta marcha la hizo más visible que nunca.

En primer lugar me parece verdaderamente increíble que el gobierno de Calderón no haya logrado explicar de qué se trata su guerra y por qué había que llevarla a cabo. Si las opciones a nuestra disposición son guerra o no guerra, violencia o no violencia, muertes o no muertes, queda claro que todos eligiríamos no guerra, no violencia y no muertes, Calderón incluído. Ésta me resulta, sin embargo, una reducción sumamente simplista de lo que está en juego.

Supongo yo, y creo recordar que un día se habló de cómo el narco se apoderaba de políticos, de la política y de las políticas públicas. Me parece que lo que habría de evaluarse es el costo de este "secuestro" de la toma de decisiones en el país y el costo de evitarlo.

Ocurre que el costo de evitarlo es mucho más visible y más doloroso. Pero el costo de dejar que el narco y el crimen organizado tomen las riendas del país es también muy peligroso. Lo verdaderamente sorprendente es que en toda su estrategia, con los millones que se ha gastado la presidencia en comunicación y después de haber contratado a Alejandro Poiré para mantenernos informados, el presidente y su equipo no han sabido explicar, ya no convencer, sus razones claramente.

Por otro lado, día con día en periódicos, blogs, facebook y twitter, leo las quejas de miles de personas. Nadie está satisfecho con los resultados que han traído las estrategias de Calderón. Pero tampoco nadie ha sabido articular de manera clara este descontento. Entre los quejosos no hay un liderazgo y probablemente esto sea algo bueno, pero a la hora de concretizar propuestas, falta, una vez más, claridad.

La marcha de ayer, por lo que pude leer en las redes sociales y en las fotos de las pancartas y retuitazos de los gritos, reprodujo la cacofonía de inconformidades y de exigencias. Mientras unos pedían paz otros exigían la renuncia de Calderón. Unos culpaban a los narcos de las muertes, otros a la policía y al ejército.¡Estamos hasta la madre!, fue el único mensaje unificador, pero la fuente del descontento es muy variable.

Y es que ese es el clima generalizado que se lee de la gente en México es de hartazgo con los criminales y con las autoridades; con los individuos y con las instituciones; con los que tienen cargos públicos y los políticos de oposición. Este clima de hartazgo viene acompañado de una falta de claridad en el pensar, actuar y forma de expresarse de tanto defensores como de críticos del actuar gubernamental. Urge que alguien explique de manera clara y sencilla las razones por las que estamos donde estamos y las opciones para salir de esta situación. Urge simpleza en las ideas, lógica en la forma de construir argumentos en ambos lados del debate y urge que dicho debate se haga en el terreno de las ideas, dejando de lado personalidades y juicios prefabricados.

Creo que un buen inicio sería exigir el estado de derecho, un sistema de justicia que funcione en cada paso del proceso, autoridades competentes y eficientes, que se ejerza todo el peso de la ley sobre los delincuentes, y cero tolerancia a la corrupción. Buenas leyes, claras y su cumplimiento sin excepción. Necesitamos una reforma al sistema de justicia, que las acciones tengan por fin consecuencias en el país.

No hay comentarios.: