3.8.11

De música y colecciones

Me gusta la música, el problema es que parece que nunca encuentro el momento para escucharla. Me gusta tener música, llené mi iPod a tope con canciones que fui encontrando durante un par de años y estoy orgullosa de mi colección. Hago una lista mental de los lugares y los momentos en los que podría aprovecharme de esta extensa lista, y no, no encuentro solución; están condenadas a vivir dentro del precioso aparatito diseñado por Jobs y rara vez encontrar camino a los oídos de un público agradecido.

Me dan envidia esas personas que van por ahí, en el camión o en la calle con sus audífonos puestos. En vano lo intenté, ya que aunque me gusta la música y me encanta mi música, prefiero el ruido de la calle: los motores de los coches, la gente que va hablando a mi alrededor, o la música que sale de alguna tienda. Otros me han contado de su disfrute escuchando música mientras leen. A mí, en cambio, me gusta leer en silencio, con algún ruidito sordo de fondo, ruidos a los que no hay que poner atención. Me gusta oír las hojas pasar y escuchar mis pensamientos; además, como soy un poco boba, si tengo música puesta, muchas veces no entiendo lo que leo, me gusta que me acompañe mi propia voz en mi cabeza repitiendo lo que mis ojos ya han visto. El mismo principio aplica a tratar de escuchar la última canción que compré por internet al estar escribiendo. Estando en casa, me gusta escuchar los sonidos propios del lugar, que me hacen sentirme acompañada pero no me distraen.

Además, la música que me gusta poner de fondo, cuando invito amigos, por ejemplo, es la música que ya conozco, que me sé de memoria, que lleva en el iPod más tiempo que cualquier otra.

Una notable excepción es la música en vivo. En un concierto, por más pequeño que sea, incluso cuando la presentación no calificaría como concierto, alguien tocando en un bar, por ejemplo, ahí la música tiene el papel principal, aunque es parte de toda una experiencia, por lo general, acompañada de una cerveza, y viendo a la demás gente disfrutar. Pero eso no lo puedes reproducir en tu iPod.  El único otro momento en el que la música tiene prioridad es cuando de bailar se trata. Ahí sí que escucho los ritmos y los disfruto. No me gusta platicar cuando estoy bailando, me gusta oír la música.

Entonces, ¿por qué seguir acumulando? para darle una razón de ser a mi larga playlist intenté sentarme a escuchar música. Eso, simplemente escuchar sin hacer otra cosa. Sacar las melodías del segundo plano, y volverlas parte central de mi actividad. Lamento confesar que fue inútil. Pronto estaba haciendo algo más y había dejado de escucharla, me tentó prender la tele o coger un libro por tener la sensación de no estar haciendo nada. Y las veces que logré poner atención, a la primera canción que me gustó, ya estaba yo de vuelta en la computadora leyendo sobre el grupo, buscando más discos y bandas similares. Fracaso total.

Doble fracaso porque acabé comprando más. La colección que crece y crece, llena de joyitas que rara vez pueden brillar. Al final, me doy cuenta de que lo que me gusta es the thrill of the hunt. Encontrar algún buen cóver de una canción conocida, descubrir que tal bajista es cantante de tal otro grupo, encontrar canciones que "combinan" bien juntas.... Claramente no soy ninguna experta ni me calificaría de melómana, sino una simple coleccionista a quien le asusta que le guste más tener o encontrar que disfrutar.

Quizá la solución esté en meterme de lleno a la música contemporánea, de la cual poco sé, pero conozco esta pieza (frost clear) que compuso mi primo para refrigerador y bajo.

3 comentarios:

Javier dijo...

y manejando? cuando vivías en el df? o cocinando?

antes cuando manejaba largas horas escuchar música era mi actividad favorita. Me sumergía totalmente en lo que escuchaba. Ahora no manejo tanto. Pero lo sustituí por escucharla mientras cocino entre semana. A volumen alto, para q no pierdas la atención.

Julene Iriarte Iturbide dijo...

Fíjate Oso que se me olvidó incluir el coche, ya lo había pensado, y la verdad es que aunque me gusta oír música sólo lo hago en carretera cuando no puedo agarrar la señal de las noticias. Si estoy en la ciudad prefiero las noticias. Así las cosas, intentaré seguir tu recomendación ya que me está dando bastante por la cocina. Menú de hoy: Gazpacho, carne asada, papas con blue cheese y ensalada de espinaca, cebolla morada y elote asado. YUM! Lo hubiera acompañado con musiquita de Chambao... Ahí pa l´otra!

hungrybear dijo...

uffa, el menu se oye buenísimo! ñam ñam! inténtalo, creo que es un buen combo!