Por qué nadie habla de racismo?

Me acordé de mis días en el Colegio Francés, diás en los que nos advertían que lo más peligroso era pensar que el diablo no existe, porque entonces no te cuidas de él. El diablo del racismo parece haber logrado su objetivo, en México nadie habla de él pero ronda todas las relaciones humanas. Está presente en tantas y tantas expresiones y rige muchas reglas sociales pero todos lo ignoramos.

Últimamente temas secundarios han sido explotados en todo su potencial (y algunos lo han rebasado) tanto por políticos como por los medios. Hojas y hojas se han escrito sobre las bodas homosexuales, sobre alianzas y polígrafos, sobre los óscares y sobre el fútbol. Hay quienes se han acordado de escribir sobre la pobreza que se vive en el país, pero hace mucho ya que no leo nada (si alguna vez lo leí) sobre la extraña coincidencia de que el color de tu piel sea el mejor indicador de tu nivel socioeconómico.

La mejor carta de presentación es el color de tu pelo, de tus ojos, y entre más claros mejor. El ya clásico "güerita" también revela una dimensión interesante del problema. Cartera mata todo. La cartera cambia el color de la piel, y así una persona "bien" de pelo y ojos negros se convierte en "güerito" para la marchanta de la tienda. El naco es el indio, no sólo figurada sino literalmente. Se han generado, también, personalidades esquizofrénicas como la del cadenero que niega la entrada al antro a quienes no cumplan con el ideal (racista) de belleza del que él mismo carece. El desempoderamiento de la gente es tal que todos los grupos sociales, los ganadores y los perdedores, reforzamos el arreglo social existente.

Cuando un australiano me preguntó que por qué en todos los lugares que visitamos los comensales eran blancos y el servicio más oscurito, trate de poner en pocas palabras lo que todos sabemos, todos creemos entendemos pero nadie explica. Dado que es un tema preexistente nadie es responsable tampoco. El racismo en México nadie lo cuestiona, cuando hablamos de un país lleno de desigualdades, se da por hecho que toda la problemática está construida sobre la base del racismo, pero la base queda sin mayores cuestionamientos.

Recientemente en un evento habló un polítco mexicano. Como quería hablar de cultura y anunciar eventos de "primer nivel" no invitó al pueblo; qué sabe el pueblo de cultura? El político acartonado mexicano que lee un discurso pensado y repensado, en el que pinta un México que existe, el México culto y rico, pero pinta un México incompleto, a un público diverso: "profesionistas" mexicanos que se reconocen en el discurso, americanos que se asombran por la gran calidad artística y académica que contrasta con las calles de los barrios mexicanos que ellos conocen, y americanos de orígen mexicano (superados) que se encuentran completamente ignorados. Los mexicanos reales no estaban en el público porque no les llegó la invitación.  La cultura no es ni del pueblo ni para el pueblo, el político que se siente superior, habla con sus iguales, a los demás nadie los extraña. Hasta en Estados Unidos, el país políticamente correcto por excelencia logramos exportar nuestra cultura fina y la racista subyacente.

Están tan arraigadas las identidades que pasan sin cuestionamientos de generación en generación, y si alguien trata de hablar al respecto, corre el riesgo de ser tachado de resentido social. Aquí se recrean muchos de los traumas de allá, hay quien está orgulloso de la gente "luchona" que se logró superar pese a tener todo en su contra e hizo el sueño americano. No me manlinterpreten, merece toda la admiración, pero el tono que algunos usan es lo que molesta, si lo han oído, lo reconocen.

Volviendo a México, nadie en la política toca el tema, nadie en la comisión de derechos humanos ni en el gobierno. Será una decisión pensada y meditada? y si es así, por qué la habrán tomado. Una idea es que el ignorarlo, no mencionarlo mantiene la paz, un problema en silencio es un problema que no requiere solución.